Imagen de perfilUNA NOCHE CON JOAQUINA

Lourdes García Huesca 

Me siento cansado y sin fuerza. Ésta ha sido, nuevamente, una noche en blanco, una más para mi saco de cansancio que este año, para postres, me regala una por ser bisiesto.
Joaquina visita mis sueños, supongo que imaginarla dormir en el suelo del cajero con la manta que le regalé, no me ayuda a sentirme mejor. Hace frío, por más que este invierno pretenda ser cálido.
¿Una manta? ¿A quién se le ocurre? Soy abogado –me digo- así que utilizaré mis manos para conseguir que la administración que sea le dé ese cuadrado que dicen ser una vivienda (por más que dude en calificarla de “digna”), esas cuatro paredes que le permitan dormir cobijada. Pero sobre todo, soy persona -me censuro-, así que iré a su banco, me constituiré en su fiador, porque para ellos dos suman más garantía, y porque así, por fin, podré descansar tranquilo.

 

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