Who’s bad?

Ernesto Fernández 

El doctor mostró el contrato firmado de puño y letra por Michael Janson, la estrella del pop. Su polémica vida era bien conocida: de pequeño, aún miembro de los “Janson Five”, ya mostraba atracción por la verdura; con dieciséis fue sorprendido dando apasionados besos a un apio. Ebrio de éxito, en su mansión de “Neverfarm”, se hizo rodear de innumerables repollos, berenjenas y calabacines, reforzando así los rumores sobre su delirante personalidad. Invirtió inmensas fortunas en retocar aquí unos pómulos, allá una nariz, ahora la piel… siempre hacia un mimetismo hortofrutícola que halló entre sus fans a tantos defensores como detractores. -La terapia fitotransgenética –prosiguió el perito- implica riesgos. Janson era consciente. Tras la exposición, el fiscal cedió la palabra a lo que quedaba del celebérrimo cantante. -Y bien, señor Janson, ¿tiene algo que añadir? Michael Janson, reducido a impreciso tubérculo con gafas oscuras, guardó un enigmático –aunque previsible- silencio.

 

0 Votos

 

Queremos saber tu opinión