Richie

David Simonian Afanasieva · Valencia 

Perdido el recurso de apelación y habiendo fracasado sus intentos de amedrentar al jurado, mi primo Richie, conflictivo desde niño, actualmente uno de los miembros más influyentes y sanguinarios del crimen organizado de la costa oeste de Estados Unidos, acusado de varios asesinatos y tráfico de drogas, me pidió que lo defendiera en última instancia. Conociendo su irascible y violentísimo carácter, tuve que aceptar. Estudié intensamente el caso, buscando jurisprudencia y consultando con otros abogados estructuré una defensa bastante sólida. Llegado el dichoso día, entramos al juzgado esquivando a duras penas a los agobiantes periodistas. Mientras reprimía mi crisis nerviosa, Richie, impasible y altivo, apartando una pelusa de su traje de 3.000 dólares, confiaba ciegamente en mí. Finalmente lo absolvieron. Tras comer en el restaurante para los gourmets más exigentes de la ciudad, se despidió diciendo: acabas de salvar la vida de tu miserable padre, sus deudas están saldadas.

 

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