Reconquista de Ana

Miguel Angel Fortado Lomelino · Buenos Aires (Argentina) 

“¡Los niños te los llevas tú, que no sé si son míos!”. La furia era la bestia que hace guerras en Oriente. Estaba en plena crisis gourmet; sí, señor. No era esta una cocina de la improvisación. Tantos años de juzgado y apelación, me habían dejado una fea oscuridad en el alma, y aquellos pequeños bólidos que traje al mundo se alejaban de mí como se alejan las bellezas de la Tierra en la visera de un astronauta. Cuando ella dijo: “Son tuyos, imbécil; son tuyos porque te amo a pesar de mí”, el mundo se hizo más grande en mi visera. Allá a lo lejos, los mares refrescantes y los continentes me dijeron que les pertenecía. Y Ana agregó: “Me los llevo porque son un trozo de ti. Lo mejor de ti, y son míos”. En ese momento inicié la reconquista de mi universo.

 

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