Cena de amigos

Lucía Rodríguez Mourazos · La Coruña 

Viernes, agotadora semana encerrada en el juzgado con la apelación. Una llamada de mí marido cambia la cena de bocata con niños, por una de gourmet con matrimonio de amigos. En el restaurante, no esperaron a que nos sentásemos para dejar caer que aprovechando la oportunidad tenían un asuntillo legal que consultarme. Antes de que nos trajeran la carta nos explicaban apasionadamente como iban a “meterle un puro al vecino”. Se trataba de los típicos roces sin importancia aparente pero que pueden derivar en verdaderos desastres. Los escuché con calma en los primeros, aderecé la carne con algo de mano izquierda, y para los postres los ánimos estaban templados y ellos convencidos de probar una solución alternativa fuera de la vía legal. Volviendo a casa, con la satisfacción del “trabajo” bien hecho, pensé: “con estas “minutas” ¡quién remonta la crisis!”

 

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