Imagen de perfilEL MAR DE BÁRBARA

Nicolás Montiel Puerta 

Te lo prometí, lo sé, pero no soy capaz de empezar. Porque sin ti ya nada es lo mismo. Y hace tres años que le doy vueltas y más vueltas y todo lo que se me ocurre resulta banal, insuficiente, ahíto de pobreza de espíritu.
No pudo ser cuando no fue y nuestra oportunidad desapareció como las últimas palabras que nos dijimos, bonitas aunque en exceso tardías.
Tu toga cuelga del perchero, vacía de contenido como un recurso de apelación desesperado. Tu boli de cuatro colores sobresale del bolsillo de mi camisa, acompañándome de juzgado en juzgado, para que no termines de irte, para que me ayudes a erradicar la injusticia de este mundo que a todo el mundo le viene grande, por ser tan global como absurdo.
Te lo prometí y algún día lo conseguiré. Contaré tu historia y todo lo que hiciste por los demás, letrada.

 

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