Imagen de perfilSaboreando la suerte

Ana Isabel Rodríguez Vázquez 

Aquella llamada alteró mi plácida sobremesa,y con premura me dirigí a casa del cliente que reclamaba mi presencia como abogado.
Lo primero que me encontré al llegar, fue un extraño circo que no podría definir.
El hombre,que por su aspecto podría ser sospechoso de cualquier delito,se hallaba fuera de sí,y repetía sin cesar » tuve que hacerlo» .
Mientras varias personas intentaban tranquilizarle,su mujer lloraba desconsolada y vociferaba esporádicamente algún insulto .
Con el propósito de conocer los hechos, interrogué a mi cliente sobre lo sucedido.
La Lotería, contestó, me ha tocado la Lotería.
Ella dijo que me abandonaba,que le diera su parte del premio… Y no podía permitirlo,» tuve que hacerlo», dijo mientras mostraba su lengua azulada.
Se ha envenenado? Pregunté.
– No señor, me he comido el décimo.

 

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