Abogado freak

Carlos Lázaro Martínez · Meliana (Valencia) 

El nostálgico sonido del martillo tras dictar sentencia, personalizado como tono de aviso para mensajes en su móvil táctil de última generación, lo sacó de sus enmarañados pensamientos: Sonia le deseaba suerte en la primera vista. Por fin un caso de entidad, explotación animal en un criadero de hurones. Los mustélidos le importaban un comino, pero el propietario de los terrenos de la granja era hermano de un conocido político local del partido ecologista. Aquello emponzañaba el asunto y atraía a los medios como la carroña a los buitres, sonrió recordando al profesor de la facultad. Se ajustó la pajarita, y antes de salir chasqueó la lengua mientras con el dedo índice apuntaba al cuadro de la pared en un empático gesto. Robert De Niro le devolvía su inquietante mirada enmarcado en el cartel de “El cabo del miedo”.

 

 

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