Lobo Feroz

Yago Valverde Alonso 

El lobo, en vez de engañar y recorrer el camino corto para comerse a la abuela y después a la niña optó por el hurto. Hay crisis, tengo prisa y tengo hambre. Engatusó a la niña con promesas y mentiras y, una vez consiguió ver el contenido de la cesta, le robó unas galletas y un bote de mermelada para el desayuno. Asustada, la niña llamó a la madre que tenía una amiga abogada y así, tras un período de busca y captura, lograron enjuiciar al lobo, subirle al estrado, imponerle una multa y una fianza elevadísima. Cómo ha cambiado el cuento, si lo llego a saber me paso el invierno durmiendo como una marmota, me evitaría problemas. Se cuenta que pasados unos meses, unos cerdos enjuiciarion al lobo por allanamiento de morada.

 

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