Déborah Albardonedo Martínez
Microrrelatos publicados
El sueño de una niña
Nacida y bautizada como Clara Campoamor Rodríguez, hija de costurera y contable, tuvo que abandonar sus estudios al morir su padre. Azuzada por la necesidad, trabajó como modista, dependienta y telefonista, pero había en ella un fuego que apagar, un sueño.
Comprendió de niña que vivía en tiempos en los que una barrera debía derribarse. El género era una insondable excusa en aquellos inicios del siglo XX; las mujeres no eran iguales que los hombres. En aquellos años se negaban oportunidades por el mero hecho de llevar falda o pantalón.
Con tesón, la joven Clara logró completar sus estudios de Derecho, hacerse notar en la política nacional y cambiar la visión de muchos de los hombres de su tiempo.
Defendiendo sus creencias, como diputada en la Segunda República tuvo que luchar con otra mujer sobresaliente, Victoria Kent, y logró conciliar las posturas: se aprobó el llamado voto femenino.| Octubre 2017
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Votos recibidos por la Comunidad: 4LAS CUENTAS DE CERVANTES
Ni relativo, ni correlativo. No me sea mentecato, Don Miguel. Entiéndalo, no hay otro camino. Un hombre solo nada puede contra ellos. Nada puede hacerse, ni protestar, ni llorar, ni litigar, ni tan siquiera rezar. No atienden a razones, labores, argumentario o sazones. Que estos no son ni gigantes, ni molinos. Escuche, y escuche bien Don Miguel de Cervantes Saavedra, con la Real Hacienda ni se juega, ni se espera, cuando quieren cobrar, cobran. Así que, pague, y con premura, porque sino la siguiente obra la escribe preso y engrilletado. Pague Don Miguel, hágame caso. Páguele sus deudas a la Real Hacienda.
| Abril 2017
Participante