Este mundo enfermo
José Iglesias · MadridHastiado de mirar por la ventanilla enrejada del autobús, dirijo mis ojos al resto de pasajeros que me acompañan en este siniestro viaje. Componemos un extraño conjunto de seres tristes, asustados, desorientados. Como una esponja trato de absorber la información que me proporcionan sus expresiones y en silencio me pregunto que les estará diciendo la mía. El sofocante calor, la atmósfera opresiva, los rostros deformados por el miedo y el desconcierto. Mi mente viaja al día en que el abogado enviado por aquel prestigioso bufete especializado en extranjería entró en mi celda y me comunicó que sería repatriado. “Hemos perdido el juicio”, me dijo. Hoy vuelvo a mi país, arrasado por la guerra, asolado por el hambre, devastado por las enfermedades. No, me digo a mi mismo, nosotros no hemos perdido el juicio, es el mundo el que lo ha perdido.