El Ganador
Francisco Sánchez EgeaEn el Colegio de Abogados han empezado a llamarme el Ganador. Lo odio, pero sonrío cuando me lo dicen. Además, es cierto, siempre gano. Haga lo que haga. Doy pasos de leguleyo principiante. Cometo errores tan graves y escandalosamente visibles que, en ocasiones, temo estar poniendo en riesgo mi carrera, porque es imposible hacerlo tan mal. No importa, mis clientes siempre salen a la calle en un tiempo récord. Anoche me tropecé con uno de ellos. Estaba tumbado en una acera, envuelto entre tejidos congelados, luchando por preservar el calor de su cuerpo en el invierno más frío que se recuerda. Me llaman el Ganador, y yo ya no sé qué hacer para perder.
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Las buenas intenciones no siempre fructifican, por desgracia para tu protagonista y sus defendidos, que tendrán que seguir en la calle. Esperemos que no vaya a perder precisamente un caso que necesite la victoria de un inocente.
Suerte y mi voto, Francisco.
Planteas muy bien la paradoja que sufre tu abogado protagonista si gana es bueno y malo a la vez igual que si pierde y sus clientes sabedores de esa paradoja aceptan el destino. Mi voto y suerte.