Imagen de perfilUn único deseo

Gabriel Pérez Martínez 

Los mares están repletos de plástico. Riachuelos y arroyos, de vertidos químicos. Ya sólo encontramos peces en pantanos, piscifactorías y acuarios, así como en piscinas públicas y particulares.

La nueva ley, de la que una asociación de abogados entre los que me incluyo fue impulsora, permite el baño entre doradas, lubinas y boquerones. Los niños montan caballitos de mar, las mujeres siguen huyendo de los pulpos y los hombres, buscando sirenas.

Yo continúo con la pesca. Me ayuda a estructurar la información relativa a un caso, pero desde que no puedo hacerlo en aguas abiertas, no he vuelto a ganar ningún juicio y me aterra perder el otro.

Ojalá nos hubiéramos tomado en serio conservar la Tierra como la heredamos.

Ojalá algún día podamos recuperarla, ese es mi deseo para la Navidad que se acerca. Entretanto, lloro amargamente mientras escucho: “Pero mira cómo beben los peces en el río”.

 

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