Imagen de perfilGalletas de papel

Carmen LLopis Fabra 

Nunca fue fácil gestionar el trabajo desde la cocina de casa. Mi papel de abogada se mezclaba con la dulce tarea de criar dos hijos. Había días que contestaba a los clientes por teléfono con el más pequeño enganchado a la teta. Una vez me preguntaron que cómo había hecho para callar sus lloros y contesté con voz amable y arqueando una ceja que le echaran imaginación.
Lo más difícil era poder hacer un escrito de defensa con el torbellino de tres años saltando alrededor. Quería que cocináramos un pastel. Para entretenerle le di unas hojas y una tijera de puntas redondeadas y le pedí que recortara galletas y que luego las haríamos de verdad. No creo que tardara más de un minuto en contestar una llamada y al darme la vuelta….. los autos originales que tenía sobre la mesa estaban en el horno cociéndose a fuego fuerte.

 

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