LA CARTA
CARMEN ANDREY MARTINQuerido Martín:
Aún no me conoces pero creo que lo haremos pronto. Hace días que pienso que nuestro encuentro ya es inminente y por eso he querido escribirte esta carta.
Te dirán esto muchas veces, porque es importante: Todos somos iguales. Sin importar género, raza o diferente opinión. Las mujeres, como los hombres, también pueden conseguir todo lo que se propongan. Exactamente igual de bien.
Sé amable y trata a todos con respeto. Intenta conciliar vida profesional y personal. Ninguna profesión debe anteponerse a la familia. Cuando te digan que el dinero no da la felicidad, créetelo.
Si decides, como yo, ejercer la abogacía, recuerda: no todo tiene un precio. Que tu motivación sea siempre una causa justa.
No te dejes vencer por barrera alguna. Si algo va mal, quedará una última oportunidad para solucionarlo.
Finalmente decirte que podrás contar conmigo siempre que lo necesites. Insisto, siempre.
Te quiere,
Mamá.
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Hondo y profundo.
Suerte, Carmen.
Muchas gracias por tus palabras, un abrazo fuerte.
Cuando las cosas empiezan bien, suelen terminar mejor.
Muy tierno, Carmen. Suerte.
Muchas gracias, me alegro que te haya gustado. Un abrazo.
Carmen… qué bonito relato epistolar nos regalas este mes!
Me encantan los cuentos que mantienen la intriga hasta el final, la sorpresa en el giro que da sentido a todo el relato.
Buenos, muy buenos consejos, un escrito muy optimista aunque también real.
Enhorabuena, Carmen!
Me ha gustado mucho!
Te mando mi voto y mucha suerte a partes iguales!
Un abrazo
Marta
Esa carta, seguramente manuscrita, debe permanecer siempre entre las pertenencias de Martín. Y si finalmente se decide a seguir los pasos de su madre, la carta debería ser uno de sus textos de cabecera, como la Constitución o la Declaración de los Derechos Humanos.
Suerte, Carmen.
Un abrazo.
Carmen, si todas las madres le escribieran esas cartas a sus hijos la vida no resultaría tan dura para muchas personas.
Me ha gustado mucho.
Mucha suerte!!!
Precioso relato, muy emotivo. Suerte!
«Sé amable y trata a todos con respeto»… ¿te imaginas un mundo de amables y de respetuosos? . ¿ Y te los imaginas en un juzgado ? A mí me cuesta tanto ejercicio imaginativo. Serán los años. Buen programa de vida tienes preparado a ese niño que viene (ojalá conmm la inocencia intacta. Un bello relato que merece mi voto.
Estoy convencida de que cuando Martín lea esta carta se sentirá infinitamente orgulloso de su madre.
Enhorabuena por este relato Carmen.Me ha gustado mucho.
Un abrazo.