Quid pro quo
Lola Álvarez CuadradoHoy me encuentro tirada en un sillón. El juicio, un día más, acaba de finalizar y la tela de mi cuerpo parece que ha sufrido una barbarie. Cinco horas agotadoras. Necesito una reforma. Los abogados, la mayoría de veces, me maltratan, los procuradores, muchos, se olvidan de mi. Tal vez, sean los jueces, quienes me cuelguen debidamente en la percha del armario de su despacho o me metan en la bolsa de terciopelo y me lleven a casa a descansar.
Deberían crear una cláusula especial contra el maltrato de togas judiciales, aunque seguramente para esa reivindicación ni haya manifestaciones ni promuevan recogidas de firmas para darnos un homenaje.
Pero lo cierto es que, sin una toga jamás podrá celebrarse un juicio en cualquier jurisdicción. Soy la indumentaria imprescindible para poner en marcha la maquinaria judicial. Quid pro quo. Ni yo puedo vivir sin ti,ni tú puedes vivir sin mi.
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Mi voto para esa toga olvidada y maltratada, Lola. Suerte.