RULETA
Andreu Carranza Font · Flix
Eran socios y amigos, pero el afán de quedarse con la empresa acabó con todo. Bebieron demasiado y se sinceraron. La situación no podía continuar. Era de noche. Estaban solos en el lujoso despacho de dirección con el ventanal mirando al este. Tomás sacó el revolver de la caja fuerte, lo cargó con una bala, y le propuso… La partida durará hasta que sea visible la luz del alba. Si uno muere será un suicidio y el otro se queda con todo. Si nadie pierde la vendemos. No hay riesgo.
El paso de las rondas diluyó el instinto de preservar la vida. El amanecer ralló el tejido del horizonte. Cerraba el turno Eusebio. Cuando agarró el arma la luz de la habitación se apagó. Sus dedos manipularon el cilindro de la pistola que encaró en la sien de su amigo y le dijo:
—Siempre has tenido grandes ideas, Tomás.
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Buena historia, Andreu. Mi voto y suerte.
Uf qué traicionero! Original historia. Felicidades y mu voto.
La ruleta rusa es un juego peligrosísimo, pero tiene sus reglas. Saltárselas puede suponer la supervivencia a costa del otro, que nunca podrá alegar nada en su contra. La fortuna ayuda a los audaces, dicen, aunque en este caso habría que hablar de asesinato, pero quien se mete en algo así ya sabe a lo que se expone.
Un relato que impacta.
Un saludo y suerte, Andreu