La cara B de los sueños
Sara Sanz RivasSu mano arrugada sobre mi pierna. Así empieza todo. Un día tras otro. Su aliento marchito invadiendo el mío. Los ojos deformados brillando por la mueca visible de su sonrisa. Se acerca demasiado. Sorpresa, rechazo, vergüenza, indignación, asco. Quiere más. Se acerca más. Me toca más. Me levanto. Rasga el tejido de mi blusa para frenarme con sus dedos encorvados. Y yo, envejezco de repente. No puedo dar un paso. Me escondo en mi caparazón. Ese en el que un día decidí abandonar mi país, mi familia y mis sueños pese al riesgo de naufragar. Ahora, dejo su casa donde limpio, cocino y le cuido a cambio de dinero para comer. Me despiden por whatsapp. Sin contrato, no hay papeles que firmar y mucho que preservar. La denuncia lo cambia todo. Un abogado a mi lado, sus palabras esperanzadoras, algunos casos similares y un destino incierto esperando sentencia.