Imagen de perfilDe oficio: abogado de oficio

Juan José Griñan Bastida 

El corazón dijo basta. Trasladado al ritmo de melodía urgente, tras dar filiación , edad y profesión, en plena pandemia COVID, me albergaron donde buenamente pudieron. El incesante devenir de batas blancas, lejos de alterarme, me producía una gratificante paz.
No obstante, interrumpida con el recuerdo de ese plazo que hoy me vencía, rumiaba que, si tuviera aquí acceso a internet, quizás aún se podría dejar hecho. Abstraído en lo mío, de fondo escuchaba que me debía proteger de situaciones de estrés, vigilar mi ritmo cardiaco, si quería gozar al menos de salud. Sabiendo que ello no sería posible, pude articular un lacónico: ¡soy abogado de oficio!

 

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4 comentarios

  • Esta sociedad acelerada es cualquier cosa menos sana, pero nos guste o no, estamos en ella. Los consejos médicos son sensatos y habría que seguirlos, pero viajamos dentro de un tren que no se detiene, dando, además, las gracias por estar dentro de uno de los vagones, porque muchos quieren subirse laboralmente y no pueden, quedándose en los andenes, en situación incierta.
    El estrés de tu protagonista es muy comprensible, como también justificada. Tiene que comer y se gana la vida como buenamente sabe, aunque a veces, su profesión, sea agobiante.
    Un relato entre lo divertido y lo dramático, espejo de la realidad, con un título que le sienta como un guante.
    Un saludo, Juan José