TRASNOCHAR ENTRE PAPELES Y CAFÉ
Ernestina Tatti · PontevedraSu marido apareció por la puerta de su despacho con una taza de café recién hecho y un beso de buenas noches. Desde que nació Ana, el precio por pasar tiempo con ella era sacrificar horas de sueño para trabajar. Los juicios no esperaban y los clientes tampoco. Pero la infancia de su hija no le daría una segunda oportunidad. Trasnochar entre papeles y café. Eso era para ella conciliar su vida familiar y laboral. Después de parir la maternidad se convirtió en una barrera en su carrera profesional. Una barrera que ella tuvo que superar y su marido no. Sentía que no eran iguales en ese aspecto. Esa era la triste realidad. La igualdad de género era una tarea pendiente todavía. Era abogada y madre. Pero, sobre todo, persona. Una persona con sueños.
Dio un sorbo al café. Era hora de ponerse a trabajar. Sus sueños tampoco podían esperar…
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La ilusión de ser madre y el derecho y la ilusión por forjarse un porvenir, algo que no siempre es sencillo de conciliar, menos todavía cuando no existe la misma entrega y colaboración por parte de quien también debería hacerlo. El día tiene las mismas horas para todos, pero algunos y algunas han de robárselas al descanso para llegar a todas partes. El café ayuda, aunque no es solución.
Un texto de homenaje a una heroína esforzada y anónima.
Un saludo, Tati
Yo creo que robarle horas al sueño es algo que se ha convertido casi en un hábito para muchos y muchas hoy por hoy. En el relato intento transmitir una realidad que observo en muchas mujeres de mi entorno cuando se convierten en madres o les toca un caso de dependencia en su familia. Mi sensación es que estas situaciones el peso recae en mayor medida sobre las mujeres. Creo, al igual que tú, que la solución pasa porque las partes que se ven implicadas asuman el mismo grado de entrega y colaboración, porque , como bien dices, el día tiene las mismas horas para todos y el café no es una solución, pero ayuda y mucho.
Muchas gracias por tu comentario.
Un abrazo.
Un voto para tí y para esa abogada que pierde horas de sueño para conseguir los suyos. No hay segundas oportunidades para la infancia… y cuando te das cuenta, son adultos que pasan de vez en cuando por tu casa. Extraordinario relato.
Muchas gracias por tu voto y por tus palabras.
Estoy totalmente de acuerdo contigo. Para algunas cosas, la vida solo nos da una oportunidad y hay que aprovecharla.
Me siento totalmente identificada. Tienes razón, los sueños no pueden esperar!!!
Me alegra mucho que te hayas sentido identificada.
Hay pocas cosas que puedan esperar y yo creo que los sueños son una de ellas.
Un abrazo y gracias por tu comentario.
Me ha encantado tu relato. Es muy directo. Me siento identificado en ese papel de hombre que intenta llegar a cumplir en igualdad con mi pareja. Gracias por tu contribución a un mundo mejor. Felicidades.
¡Muchas gracias a ti por tu comentario! Un abrazo
Llegará el día en que no necesitemos soñar para que la realidad exista, solo dormir y descansar.
Mucha suerte, Ernestina.
Ya lo creo, Margarita. Ese día llegará.
¡Muchas gracias!
Un abrazo.
Otro voto para ti Ernestina! Muy bonito el trasfondo que comparten nuestros relatos, todo sea en pro del empoderamiento del papel de las mujeres, y en este caso, de las madres.
Muchas gracias, Guillermo.
Un abrazo.