¿EN QUÉ SE PARECE UN HUEVO A UNA CASTAÑA?
Miguel Ángel García RodríguezDesde mi experiencia en leyes, traté de defender el parecido entre un huevo y una castaña.
Sin pertenecer al mismo género, era complicado buscar similitudes que pudieran conciliar ambos elementos.
Ante tal desafío, mi alegato debía ser audaz, para poder romper la barrera que había hecho de este dilema una de las preguntas más importantes de la humanidad.
Era consciente de la oportunidad que se presentaba ante mí, pero, lamentablemente, ni la 3/2007, ni el artículo 14 (no conseguí encontrarle sentido a: Los huevos y las castañas son iguales ante la ley…), ni ningún otro decreto logró aclarar mis dudas.
Así pues, como letrado, al igual que filósofos y pensadores del pasado, fracasé.
Siendo consciente de haber perdido el juicio, descubrí que, gracias a sus diferencias, cuando ambos trabajaban juntos en mi ensalada, aportaban un sabor a mi almuerzo que difícilmente habrían logrado por separado.