Imagen de perfilJuicio final

Sebastián Trías Salom 

¿Sabéis eso de que cuando morís hay una luz blanca y vais hacia allí? Pues es todo mentira. Cuando mueres aparece un enanito y te dispara con una pistola de ultrasonidos que te encoge hasta un tamaño subatómico. Luego te mete en una caja que, en realidad, es un gigantesco juzgado donde se decidirá qué será de ti el resto de la eternidad.
Lo primero que aprendes es que aquí no existe ni el derecho penal ni civil, sólo contractual. No hay leyes, sólo montones de abogados y de contratos. Los juicios son negociaciones a tres bandas entre los fiscales, abogados y jueces, los cuales odian sentar jurisprudencia, porque eso sería una inadmisión del principio básico de este lugar: todo es negociable. Y eso, claro, coartaría la libertad para negociar. El fallo del juez es simplemente la rúbrica del contrato por las partes.
Os dejo, me toca testificar. Deseadme suerte.

 

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1 comentario

  • Me gustó lo del enanito y su pistola de ultrasonidos. Resulta una imagen muy original para restar dramatismo a la muerte.
    Un relato cuajado de ironía y situaciones surrealistas que enriquecen la trama.

    Te deseo suerte en este otro juicio (te aporto mi voto)
    Un saludo, Sebastián.
    Y mis felicitaciones por el mes anterior!!!