Me tienen secuestrada con formalismos justicieros

Angel Manuel Arias Fernández · MADRID 

Mi padre es abogado y estructura su rigidez con deformación profesional insoportable. No me permite volver a casa los viernes a las 4 de la madrugada, como todas mis amigas Me pidió una suplicación fundamentada en la que explique con detalle lo que pienso hacer en ese tiempo, dándome de plazo hasta el miércoles para argumentarlo. Decidí declararme en huelga de hambre. Pero me pilló hoy, martes, en la cocina, comiendo el postre que había sobrado de la cena. Dijo que daba por precluído el plazo para alegaciones, al haber debilitado la defensa de mis pretensiones, pues no solamente quiero ejercer coacción sobre la decisión que adopte, sino que he faltado a mis propios planteamientos tácticos. Así que me reintegro a mi cuarto, después de recurrir en última instancia a mi madre. Espero se den cuenta que, teniendo ya catorce años, soy suficientemente madura para saber lo que me conviene.

 

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