CADA-QUIEN ES CADA-CUAL

MARíA LUISA VENTURA SÁNCHEZ · MADRID 

Soy la mujer de las prisas. Siempre voy escasa de tiempo, y muchos días salgo de casa tomándome el postre. Alguien me habló ese día, de una huelga en defensa de la asistencia jurídica gratuita, que yo decidí apoyar a pesar de tener la mesa de mi despacho abarrotada de plazos; recursos de suplicación; reintegros de costas; y similares. Con la correspondiente pancarta: “ABOGADOS DE OFICIO SÍ”, salí presta a la lucha. Un nutrido grupo de mujeres vociferaba a la puerta de los juzgados. -¿Solo mujeres?- me pregunté mientras extendía mi pancarta y me unía al montón voceando. Una mujer de unos cuarenta años, de aparatoso peinado y excesivo maquillaje, se volvió y me dijo: -“creo que tu huelga es la de el otro lado”. Leí su rótulo: “LAS PROSTITUTAS NO SOMOS LAS MADRES DE LOS JUECES CORRUPTOS”.

 

 

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