Un preso ocupado en los ODS
Alejandro Martín Tamhazián Garat— Doctor, usted me mandó 10 años a la cárcel. Y mire si he cumplido algunos objetivos de desarrollo sostenible. No fui más pobre, comía todos los días. Alimentos seguros y vida sana de la mano. Educación inclusiva, por eso me bajaron los años. Preocupado por los nuevos cambios, por el futuro y la conservación del medioambiente: plantaba marihuana en la celda. Me Descubren y me suben los años. La alcaidía me llama para promover una propuesta de reforestación. Después me tenté y me escapé no bien creció firme el primer pino. Me agarran en un sedán verde con pintura ecológica. Adentro de nuevo y me suben la pena. Empiezo un taller de sensibilización en infraestructuras resilientes. Lo pongo en práctica y de nuevo me quieren subir la pena porque me malinterpretan siempre. ¿Qué tiene de malo Doctor querer construir un túnel desde mi celda para ayudar al drenaje carcelario?
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Al hombre no le falta razón. A su manera, trata de cumplir con el cuidado al medio ambiente, otra cosa es que sus actividades se salgan de las normas establecidas para la convivencia y por ello sea perseguido, algo que él no acaba de entender. Que el ecologismo sea loable, no quita para que el cumplimento de la ley sea obligatorio
Un relato muy divertido, desde una lógica muy particular. Visto desde fuera, es un personaje cómico, o lleno de ironía, aunque bien mirado, todos somos un poco así, pues tendemos a creer y hasta a intentar que todo gire a nuestro alrededor y en nuestro beneficio exclusivo.
Un saludo y suerte, Alejandro
Coincido plenamente en que está un poco inserta, en nuestra naturaleza profunda, esa proclividad a hacer que las cosas se den para nuestro beneficio. Muchas gracias por su comentario y por su voto. Saludos!
Tu protagonista de seguir trabajando por los ODS, a pesar de sus buenos inicios y propósitos, de esa manera no va a poder verlos a la luz de la calle sino desde la celda. Muy bueno. Mi voto y suerte.
Muchas gracias Juan Manuel! Y es cierto, el personaje destila cierta ironía. Y veces en la vida pasa, y más en algunos ámbitos que las primeras intenciones pueden ser buenas pero esconder otras segundas que no lo son tanto. Saludos y de nuevo gracias!
Hay gente incomprendida. Por muy bien que haga las cosas, se las van a malinterpretar. Pero yo de ti no desistiría: tanta creatividad te llevará a buen puerto, aunque no haya mar en prisión.
Un saludo, Alejandro
Margarita muchas gracias por tus palabras. El Derecho en todas las latitudes es también eso que dices, interpretar. Y siguiendo ese conocido postulado de Nietzsche, no existen los hechos sino solo las interpretaciones. Aunque es cierto que a veces los sesgos son muy grandes. De allí la beta cómica. ¡Gracias mil nuevamente!
Me encantó tu relato por la chispa y vuelta de rosca. Suerte.
Gracias María! Me anima a seguir. Saludos
Jajajaja, me encanta el protagonista de tu historia. Está claro que cada cual miramos la vida de manera diferente según nuestra posición en ella. Gran relato donde un hilo invisible te conduce hasta el final. ¡Enhorabuena!
Así es María; gracias por sus apreciaciones acerca del relato. Saludos
Super creativo, dos caras de la moneda.
Gracias Mariela; es cierto lo que acotas, siempre relativizamos nuestros puntos de vista para acercarlos a lo que nos parece bien. Saludos cordiales
Qué relato tan simpático, Alejandro. Has creado un personaje con el que nos identificamos y que tiene un humor genial. Voto y enhorabuena para ti.
Gracias Belén ; mis saludos respetuosos para ti
Me gustó mucho, el humor tratado desde el absurdo. Felicidades!!!
Hola Adys; es verdad, con el tratamiento del absurdo a veces podemos conseguir poner el foco en asuntos que de verdad nos importan. Saludos cordiales!
Me gusta el sentido del humor de este relato.
Agradecido por tu comentario Juan. Es bueno a veces reír un poco!
Saludos cordiales