Imagen de perfilUn juicio necesario

Fco. del Valle 

El testigo miraba el reloj de forma continuada. Diría que se trataba de un acto reflejo.

―Así es, abogado, las cosas eran diferentes. He podido observarlo con detenimiento y no albergo ninguna duda: el mundo se transforma de la misma manera que lo hacen las cocinas. Recuerdo cuando en los pueblos la comida bullía a fuego lento y el aroma a hierbas y especias recorría las calles. Cocinar era un rito lento, como la vida. Ahora cedemos ese poder a las máquinas y a los aparatos electrónicos: placas de inducción ultrapotentes, robots de cocina y hasta microondas capaces de tener una receta lista en apenas unos segundos. Condimentamos nuestros platos a base de voltios mientras hacemos frente a la tarifa de la luz. Definitivamente, hemos entregado la cocina a la tecnología y a las prisas… como la vida.

Demandar al PROGRESO era complicado, pero tenía al mejor testigo: el TIEMPO.

 

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