ESA GENTE
Margarita del Brezo—Tienes que ayudar a su familia, papá. No pueden pagar un abogado y la muerte de su hijo no debe quedar impune. ¿Y si hubiera sido yo?
—Tú nunca cometerías la estupidez de ir a la concentración del Día del Orgullo Gay, ¿para qué ibas a mezclarte con esa gente?; ellos se lo buscan. Además… —Me muerdo la lengua mientras espero mi turno de réplica y trato de no escuchar las barbaridades que escupe a continuación. Lo conozco bien, es fundamental no cabrearlo: sería capaz de todo.
—Este caso daría publicidad a tu bufete, cariño; saldrías en televisión y en las portadas de los periódicos más importantes —Interviene mi madre con un hilo de voz y los ojos posados en el suelo. Ella, siempre callada y sumisa para evitar sus constantes atropellos de malhumor, es la única que sospecha por qué no dejo de llorar desde que mataron a Carlos.
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Excelente relato, como siempre son los tuyos.
Mi aplauso y mi voto.
Un orgullo que tú me digas eso.
¡Gracias, Carolina!
Un saludo y buen verano.
Enhorabuena Margarita, qué bien escrito y qué buena historia. Suerte. Un abrazo y un voto.
Muchas gracias, Alejandra.
Un abrazo y buen verano.
Las madres siempre se dan cuenta de todo…
Estupendo relato, Margarita. Mucha suerte.
Mi voto y un fuerte abrazo.
Las madres, ¡ay las madres!
Muchas gracias, Ana Isabel.
Un abrazo y buen verano.
Muy bien hilado, lo cual no es noticia en tus micros. El enfrentamiento entre dos mundos personificado en un padre y un hijo y con la madre de mediadora. Real como la vida misma. En fin, excelente. Te llevas mi voto y un besazo.
A ver, Esteban, que el rey de las «hilaturas, hilazones o como se llamen» eres tú. Yo saco mi acerico, te leo, antes tengo que apartar la envidia de mis ojos, eso sí, y trato de aprender a no dar puntadas sin hilo.
Un beso, mil gracias y a disfrutar del verano.
Querida Margarita, está claro que eso de dar puntadas no se me da nada bien. Más bien doy estocadas, con la aguja a trompicones, que hilaturas tan finas como las que das tú y el «cosedor» de relatos D. Esteban. (Y todo hay que decirlo, algunos y algunas más).
Con solo tres diálogos has cosido una escena llena de dramatismo y humanidad. No se puede hacer mejor. No digo nada más porque sé que te pones colorada enseguida.
Por cierto, me ha llegado esta misma mañana, y a tu «bocado y medio» le he arreado ya medio bocado y casi me lo como entero de una tacada. Sin comentarios… Bueno, ya te los haré llegar cuando esté haciendo la digestión.
El primero de mis tres votos habituales es tuyo.
El segundo tendrá que ser al pié de la letra para un modista de las palabras.
Y el tercero es de libre designación…
Menudas alegrías me das, Guillermo. Espero que hagas una buena digestión y que no te quedes con hambre, pero sí con ganas de más.
Y una vez dicho esto (yo, como mi paisano Umbral, he venido aquí y voy donde sea menester para hablar de mi libro), hablemos de costura: hay modas para todas las edades, tamaños de cintura y largos de pata; bien es cierto que cuando te gusta un traje y no hay tu talla, se te queda el cuerpo como cortado. Tú ya has demostrado que elegancia en el vestir no te falta así que no tendrías perdón si no sigues cortando patrones.
Del atelier Torres Sagra poco más se puede decir que no pensemos los dos: alta costura.
Gracias, muchas gracias por comprar el libro.
Que tengas un buen verano a pesar del calor sofocante que no nos abandona.
Dicen que en los microrrelatos es más importante lo que se calla que lo que se cuenta. Esa elipsis final de tu micro es la clave de todo.
Genial, Margarita, como siempre.
Un abrazo y mi voto, por supuesto.
En los microrrelatos y en la vida en general, o eso dice el refrán.
Muchas gracias, Gabriel (y yo sí que puedo decir con contundencia eso de «como siempre»).
Un abrazo y que disfrutes del verano.
Un tema sin duda actual. Enhorabuena, Margarita. Tienes mi voto. Suerte
Esa es la pena, que tengamos que hablar de estas cosas.
Muchas gracias, Juan Carlos.
Un saludo y buen verano.
Hilaturas, puntadas…yo diría que lo tuyo son las punzadas, a la materia gris. Esos micros que te dejan pensando un buen rato. Una vez más, enhorabuena por un excelente relato.
Eso intento, Sergio, aunque a veces no sé si lo consigo o solo es un hilván mal hecho, así que me alegra oír tu comentario. ¡Gracias!
Un saludo y que el calor nos sea leve.