Boda de plata
Pedro Antonio Herreros RullHas estado pergeñando durante muchas horas la defensa. Es fundamental eludir al máximo las improvisaciones. Nunca ves el fin. Continúas repasándola una y otra vez. Solo piensas en el triunfo; como tu compañero, imaginas. Llega tu turno. La toga te da seguridad. Decidido, te diriges con orgullo hacia el lugar que te corresponde. Con la venia Señoría, comienzas. En ese justo momento alzas tu cabeza y miras a tu desconocido oponente. Sus ojos te encandilan. Te distraes, pierdes la concentración, no sabes qué te está pasando, comienzas a sudar, es frío. Estás muy nervioso, te sonrojas, balbuceas, tu discurso resulta irracional. Asustados, todos te quieren ayudar. Nadie ve la flecha de Cupido, solo vosotros. Creen que padeces un infarto, un ictus … algo muy grave. Pretendes tranquilizarlos, pero no puedes. Hoy, con los tuyos, rememoras con nostalgia aquel pleito perdido y tu boda de plata.
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Tu protagonista perdió un juicio y ganó un muy largo amor. Cupido contento quizás aquel cliente al que defendió no tanto, pero… Mi voto y mucha suerte.
Muchas gracias. Me gustan esas situaciones en las que la condición supera a la profesión. Aunque no siempre son incompatibles, al contrario, entiendo que el conflicto es la excepción. Por otro lado y respecto al insatisfecho cliente ¿por qué no pensar en ese cliente que, pese a haber perdido (quizás porque no llevaba razón) quedó subyugado por una situación idílica? Frente al conflicto que siempre representa el juicio, que venza el amor de dos personas. Ten en cuenta que es una historia donde los DIOSES están por medio y donde todo puede ocurrir. En ese mundo mágico, deben pasar estas cosas, digo yo. Jajajaja. De todas maneras, lo cierto es que en en el real, algunas veces el abogado se obstina en la defensa cuando ésta, verdaderamente no existe y en determinados casos, por mucho que se luche, la intervención del abogado es irrelevante. Vamos a pensar que en este caso así fue. Lo digo por el pobre cliente, que no sufra. Jajajaja. En ocasiones me gusta ser un nefelibato. Jajajaja. Muchas gracias de nuevo Juan Manuel por tu comentario. Creo que me enrollao demasiao. Jajajaja
Enhorabuena Pedro! bonita historia de amor con toque de humor. Cuando cupido lanza su fecha es imposible esquivarla. Suerte. Un voto y un abrazo.
Muchas gracias Alejandra. Un abrazo también para ti.
Precioso.Mi voto y mucha suerte.
Precioso tu comentario. Muchas gracias.