EXPERIENCIA TRAUMÁTICA II
Fernando Pascual BravoMi primera asistencia letrada, en los años sesenta, se frustró por la iracunda respuesta del procesado: “¡fuera de aquí, no soporto niñatos!”
Sin duda la bisoñez de mis vulnerables veinticinco años, junto con el obscurantismo que reinaba en la sociedad, llena de medias palabras, grandes eslóganes, silencios cómplices y sobreentendidos agazapados, coadyuvaron a mi recogida de velas ante dicho exabrupto.
Pero aquel incidente no consiguió que abandonara mi resolución de asistir a cuantos detenidos me asignaba el turno colegial y en ello sigo, aunque la jubilación me haya apartado del ejercicio activo de la profesión.
No llevo la defensa de cliente alguno, no las echo de menos, pero mis días transcurren entre la impaciencia y el anhelo de seguir cumpliendo con mi compromiso de ayudar a cuantos detenidos precisan orientación, aliento o apoyo. Un número cercano ya al centenar de asistencias letradas me han aportado autoestima y beneficios sin cuento.
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Una persona llena de vocación hacia su oficio y, más aún, de ganas de servir a los demás.
Puede que tu relato refleja muy bien la superación de un hecho traumático, que no cercena, por suerte, la sana inquietud de un profesional que, aun jubilado, quiere seguir siendo útil.
El tiempo, ese don escaso siempre, tan efímero que se nos escapa de las manos, no debe llenarse de cualquier manera, malgastarlo es el mayor de los delitos. Tu protagonista tiene claro que una de las mejores maneras de hacer buen uso de ese tesoro es darse a los otros.
Un saludo y suerte, Fernando
Gracias Ángel por tu comentario emotivo e ilustrativo, Tus palabras mejoran tanto al relato que ya solo lo concibo con ellas..
Como cosa curiosa te comento que le titulo como «II parte» porque el del mes pasado era la versión (que yo creía mejor) de la desabrida contestación de interno del Penal al que iba a asesorar el Letrado, pero el jurado ha decidido otra cosa.
Gracias otra vez y saludos.
Gracias a los que me prestan sus votos aunque no les identifique, aunque pueda aconsejarles que se lean si se puede el EXPERIENCIA TRUMÁTICA I del que trae causa este segundo.
¡Ánimo! a escribir todos que relaja y se mantiene la mente fresca y el idioma manoseado, que es para lo que se inventó.
A veces son muy positivas experiencias amargas. que no hacen sino afianzar aún más nuestra vocación y entrega a una determinada profesión. Mi enhorabuena y mi voto ya dado. Un abrazo,
Gracias Francisco. No puedo estar más de acuerdo con tus palabras. Saludos.