Misión casi imposible
Raquel Lozano CallejaComo un maleante de tres al cuarto, acecha expectante que los sistemas de seguridad fallen por arte de birlibirloque. Se asegura de que los vigilantes del botín duerman profundamente y de que el perro que atesora la sala donde se encuentra la caja se entretenga con la pelota de colores que le lanza al abrir la puerta.
Conoce la condena, no es su primera vez. Sabe que el incumplimiento de la Ley puede traerle severas consecuencias. A pesar de todo Marieta Ordóñez, hija del implacable Juez Ordóñez, aprieta con fuerza sus coletas y de un solo salto se aferra al taburete que le alcanza hasta el tesoro y se atiborra de bombones.
Tras el atracón del siglo duerme plácidamente a sabiendas de que mañana tan solo será un presunto malhechor junto a sus cuatro hermanos.
+8
Queremos saber tu opinión
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.
Raque-el!, Raque-el!
Qué bueno.
Unos abrazos.
Gracias Towi. Abrazos de vuelta
Una caja de bombones nunca está lo suficientemente alta para las manos-garras de un niño. Púio pío que yo no he sido. Me gusta tu relato. Suerte
Puedes ponérselo difícil a un niño, pero nunca será imposible.
Gracias por comentar, un saludo.