Busqueda sin respuestas
RAFAEL LAPIEDRA MESEGUERRepaso los últimos comentarios escritos en mi cuaderno, antes de entrar en una sala donde unos señores, vestidos con toga, imparten justicia. Hay numerosa seguridad policial, y algún que otro maleante por los pasillos; o debería decir “presunto” como me ha enseñado mi abogado.
Sentado en una especie de taburete, junto con mi madre, esperamos nuestro turno. De repente, dejo de prestar atención a los últimos consejos de mi abogado. Los nervios y peores recuerdos empiezan a aflorar, minutos antes de entrar. El recuerdo de las palizas durante el descanso, los insultos casi a diario, o los abusos al final de clase de gimnasia. Y al igual que en colegio, ahora he aprendido una nueva lección: no es en este lugar donde busco justicia. Tras el incumplimiento del horario señalado, por fin llega nuestro turno; guardo mi cuaderno, donde ya no puedo leer mis comentarios, borrados por las lágrimas.