Imagen de perfilEL ABOGADO QUE SOÑABA CON GANAR UN CASO

Salvador Soler Campos 

«Debo desestimar y desestimo». Esta es la musiquilla con que me obsequian los tribunales desde que inicié mi gloriosa carrera como jurista. Lo afirmo sin rodeos: pierdo todos los casos. El asunto se torna enfermizo, al punto que consumo mi presupuesto a partes iguales entre la consulta del psiquiatra y los depósitos para recurrir. Ayer perdí un divorcio, y eso que era de mutuo acuerdo; pero los cónyuges se reconciliaron en el último momento, obsequiándose con un beso de tornillo ante mi estupefacción y la fe del Secretario. Reflexionando en casa, he llegado a la conclusión de que mi formación jurídica, lejos de ser sólida, presenta más agujeros que una rebanada de pan cristal. Pero no cejo en mi empeño de ganar; así que me he demandado a mí mismo con idea de allanarme. Y ¡mira por dónde! mis dos yo han alcanzado una transacción. Lo dicho: no hay forma.

 

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