Las apariencias engañan
Luis Fernando Váscones Velásquez · Quito (Ecuador)El Juez Don Juan Manuel Heredia, tenía el informe listo para sus colegas, pero intencionalmente, lo retrasaba. Los conjueces de la sala no sabían que la condena a un inocente, por precio, ya había sido arreglada. Y aunque Don Juan guardaba muy bien las apariencias, su conciencia, le pesaba a este hombre, como un quintal de arena mojada. En la sala de su despacho, una vieja maqueta de Themis, la diosa de la justicia, lo atormentaba. «La justicia es ciega», dijo en voz baja y añadió con tono despreocupado, «el dinerillo debajo de la mesa, sí me hace falta».