El secreto

Cecilia Rodríguez Bové · L Eliana (Valencia) 

El Fiscal Saavedra escondía algo, se notaba en su peculiar manera de hablar y comportarse. Además, el hecho de ser manco alimentaba el halo de misterio que orbitaba siempre a su alrededor. En el Juzgado, estábamos convencidos de que era un fantasma, pero solo el día que desapareció, conocimos su secreto. Sucedió una mañana en la Sala de lo Penal, cuando el Juez amablemente le insistió que, en lugar de otro informe manuscrito, se atreviese finalmente con el ordenador. Fue entonces que Saavedra, visiblemente molesto, reaccionó violentamente: “¡Cáspita!, ¡No cumpliré la condena que su señoría me ordena!” y dando un puñetazo sobre la mesa, se desintegró… En el suelo, mezclada con un puñado de arena, quedó su toga y un gastado maletín que contenía monedas de 1550, una maqueta del Golfo de Lepanto y un manuscrito de su puño y letra que decía: “En un lugar de la Mancha…”

 

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