Aficiones

Juan Manuel Ruiz de Erenchun Astorga · Barcelona 

Hoy he leído en la prensa que han expedientado al Juez Camprelo. Me alegro mucho. Aún no comprendo por qué tardaron tanto, pese a la multitud de informes negativos que decoraban su hoja de servicios. No tenía ningún respeto por la justicia. En sus vistas, mientras los letrados informábamos, él se dedicaba sin disimulo a su gran pasión: montar maquetas a escala de conocidos monumentos. Presidiendo la sala a su lado, un reloj de arena. Cuando la tierra rojiza llegaba a su fin aposentándose en la base, retiraba la palabra al abogado dando el juicio por acabado. Luego dictaba resoluciones esperpénticas. Una vez perdí la compostura. No pude reprimirme. Me levanté y aplasté con mi puño la torre Eiffel en miniatura recién ensamblada que tenía sobre su mesa. La hice añicos. Me miró exasperado. Dos sesiones de juicios infructuosas. Al día siguiente dictó sentencia de condena contra mi cliente.

 

0 Votos

 

Queremos saber tu opinión