La noticia

Victoria Eugenia Martin Garcia · Vitoria 

Llevar aquel teléfono móvil en vacaciones era tentar a la suerte, ella lo sabía. Que la arena no es sitio para expedientes ni providencias. Sabía también que el mes de agosto era un purgatorio para muchas parejas, pero, aquello… Aquello era demasiado. Miró el despertador y, con el regusto amargo de los que se levantan sin ilusión, salió a pasear el cachorro que sus compañeros de despacho le regalaron por sus bodas de plata como abogada. La mañana estaba limpia, salvo por unas nubes deshilachadas. Unas inglesas nadaban con flotador. Notó que le vibraba el móvil. Eran de la oficina: no entendió lo que le decían, tuvieron que repetírselo tres veces. Una demanda de divorcio de su marido. Se sentó en la orilla, miró las nubes y a sus ojos afluyó todo el dolor que tantas veces vio en el rostro de sus clientes.

 

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