Mi pupila

Félix Fernández-Maqueda · Madrid 

A veces una sospecha infundada se convierte en una condena anticipada. Mi pupila es observadora, sagaz, analítica y desconfiada. Si hay que habilitar todos los escenarios posibles en el escenario del crimen ella es la primera en atar todos los cabos y reducir al máximo las incertidumbres. Su carácter reservado y ese mohín con el que frunce el labio le otorgan un encanto diferente, un aire a Lisbeth Salander de Millenium. Su capacidad y concentración en cada caso sobrepasan siempre mis expectativas. En el despacho otros abogados recelan de su desparpajo y naturalidad. En la universidad donde doy clases la gente murmura a nuestro paso. Pasamos muchas horas juntas mi ayudante y yo, es cierto, el caso del asesino en serie de la facultad de Derecho nos lleva demasiado tiempo y a medida que la investigación avanza vislumbro una sombra de duda en la forma en que me mira.

 

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