Despedida de soltero

Montse Augé Hernández · Sabadell (Barcelona) 

¿Qué hacía un ilustre abogado en una tienda de lencería, en pleno centro de Madrid y con una liga entre sus manos? Habría sido capaz de suspender la boda tan solo por evitar la cruel despedida de soltero que le esperaba. Sus amigos le habían escrito detalladamente una serie de instrucciones que debía seguir al pie de la letra antes de llegar al restaurante, prometiendo que no le obligarían a hacer nada que no fuese legal, por ejemplo comprar una liga de color rojo. Lo ilegal o poco decoroso fue inmortalizar la imagen de la compra de la sugerente prenda y colgar la foto en la calle Serrano, justo en la mismísima fachada del Colegio de Abogados.

 

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