DEL FALSO TESTIMONIO

Susana San Miguel Larreina · Vitoria-Gasteiz 

Echando la vista atrás, fue cuando decidí fundar una compañía jurídica alternativa. Analicé los casos que el bufete había perdido, y el falso testimonio asomaba en muchas de las declaraciones que la otra parte proponía. Sin malicia, de forma inocua, pero era una manera de ganar en cualquier tipo de pleito. Así que reclamar para vencer, se convirtió en el más firme de mis propósitos. Tenía todos los contactos, tras años ejerciendo como Letrado, podía deducir quién podría necesitar mis servicios. El calendario marcaba ya un año desde la fundación de «Perjurio S.L.U.», y su éxito, proporcionando falsos testigos que ni pestañeaban ante el Tribunal, hacía que su popularidad empezara a preocuparme.

 

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