VERGONZOSA IDENTIDAD
ROCíO CASTRO MARTíNEZ · LOS MOLINOS, MADRID¿Sr. Letrado Bogavante? –Acompáñeme, por favor- me dijo el azafato de La Cubana de Aviación, un mulato imponente que trabajaba en el aeropuerto, cuando me disponía a volver de unas maravillosas vacaciones. Le seguí, mientras escuchaba la risita de otro pasajero de la cola de facturación y su cruel comentario, – ¡y encima está rojo reluciente!-. Aún no he logrado superar el trauma que me producen, desde niño, las reacciones jocosas de los otros ante mi apellido-marisco. Odio al sargento que, en las prácticas de tiro de la mili, me gritaba -¿quieres coger bien el rifle con las pinzas, Bogavante?- Además ¿Os imagináis mis tarjetas de visita? ¿Y cuando me nombran en una audiencia? -Yaniel Castro a su servicio- susurró el espectacular azafato. -Sr. Bogavante- continuó diciendo con respeto, -quisiera cambiar mi identidad por la suya. Aquí se necesitan abogados… y yo necesito salir de la Isla- No lo dudé.