MI PRIMER CASO
LLanos Martínez Martínez · ALBACETETras acabar Derecho, la pasantía, las prácticas y cursos, uno espera haber recibido algún cliente, ¿no? Un caso pequeñito aunque fuera… Por suerte mi mujer comprende que pronto conseguiré clientes y ella dejará los turnos dobles y horas extras. Mientras tanto, ocupo un despacho cuyo coste no sé cómo devolveré haciendo crucigramas. “6 letras: Invertebrado marino de aspecto gelatinoso”. Abatido pienso que hasta una medusa hace más cosas que yo. Continúo y con desgana veo que me las sé de memoria: “Comité”; “oprobio”; “cuaderno”. Apenas ver “partido” escribo automáticamente: prórroga. Levanto la mirada al oír la puerta y mi sorpresa es mayúscula cuando veo aparecer mi primer caso. Aunque no por las razones que esperaba. “Solicitud de divorcio” figura en el sobre que deja la futura parte demandante sin decir una palabra antes de marcharse. Pues no, parece que mi mujer ya no me comprende.