Mi mejor juez
José Ignacio Juárez Chicote · MadridTenía acceso preferente al Juez, que era mi padre. Yo era un accionista minoritario que siempre entendió la vida -nuestra posición social, el peso de nuestro apellido…- como una especie de jolgorio que no tenía fin. Y así me había ido, y así me iba. Según lo veía, mi padre -y el suyo, y mi bisabuelo, y…- sólo se preocuparon de mantener las apariencias. Estaba convencido de que la titularidad del derecho a la diversión se le daba a los alegres como yo. Y sin embargo unas leyes injustas me condenan a la pena de banquillo, con agravante de patria potestad. Sin saber que hacer, desafié a mi padre-juez con la mirada. En sus ojos, en el ocaso de su vida, vi la pena del fracaso de su hijo. Me condenó y me absolvió. Desde entonces no vivo en paz.