LA TASA

ANGEL JUAREZ ABEJARO · MADRID 

Este año he vuelto desmoralizado. Ni las fiestas navideñas que siempre me ilusionaron, ni la excelente salud de mi madre ya nonagenaria, ni las deliciosas ensaladillas multicolores de mi hermana, la última además con remolacha, ni los largos paseos por el pueblo que tantos recuerdos y encuentros me deparan, consiguen hacerme olvidar que para proseguir la instancia, ahora no bastan legítimas pretensiones ni sólidos argumentos jurídicos… Y es que no paro de pensar en esos clientes del despacho que me han llamado la última semana para pedir disculpas por solicitar que me olvide de recurrir sus asuntos porque les falta el dinero para pagar la tasa; aunque no el derecho, las razones ni las ganas.

 

0 Votos

 

Queremos saber tu opinión