LA TÁCTICA DEL CAMALEÓN

Joaquín Valls Arnau · Barcelona 

Durante la época de vacas gordas, las cosas no me fueron nada mal. Pero con la crisis, la cartera de clientes comenzó a menguar de manera alarmante y hube de cerrar el despacho. Entonces recordé una frase de mi padre, quien solía alentar la desobediencia siempre que no la sufriera él: “El fin justifica los medios, y más todavía cuando se trata de procurarse el alimento”. Así que decidí abrir un consultorio y en la puerta colgué esta placa: “Profesor Elías, brujo especializado en asuntos jurídicos”. Me dejé crecer el pelo y las uñas, cambié el traje de lino por un conjunto vaquero y en unos meses el negocio funcionaba ya como la seda. Y además, con la enorme ventaja de no tener que llevar pleitos, pues figura que carezco de título: a cambio de una tarifa única, me limito a adivinar el futuro y a dar consejos.

 

0 Votos

 

Queremos saber tu opinión