GENESIS TRIBUTARIA

Angel Tormes Alberdi · Donostia-San Sebastián 

El viento, inmerso en un trajín descontrolado, golpeó fuertemente el ojo izquierdo de mi cliente con espuma salada, pues no se fijó en cómo disfrutaba de la mar y de sus embates a las enormes piedras del espigón construido para intentar proteger la playa. Al desequilibrarse, cayó impactando su cabeza con la arista de una de esas moles. Para esgrimir la evidente negligencia del viento, le expliqué, has de pagar una tasa al alcance de pocos; debes entregar tu vida para pleitear con la creación, y tu ángel defensor se pondrá manos a la obra. Desde que el creador instauró la tasa, la mayoría opta por el desistimiento antes de ejercitar ninguna acción y esto se ha convertido en un paraíso?El Sr. Ruiz-Gallardón, ingresado en la unidad de cuidados intensivos, abrió los ojos con una sonrisa en la boca y una tasa en la cabeza.

 

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