El sudor de la muerte
Margarita Agueras Moreno · ValenciaMe despertó el sonido insistente del teléfono. Noté la boca seca,fruto de la resaca de la noche anterior. Abrí los ojos y vi la estrella polar por entre las cortinas. Salté de la cama y descolgué. -Tienes mala memoria abogado ¿qué día es hoy? No tenía ni idea de lo que me estaban diciendo. Colgué,me duché, tomé café y salí a la calle. Una maldita manifestación paró el tráfico y yo llegaba tarde a los juzgados. Las paredes,empapeladas de carteles,recordaban el día del referéndum. De pronto recordé a Amancio Costa.Me entró el sudor de la muerte, no oía los cláxones de los coches avisando que había vía libre. Me bajé del coche y salí corriendo. Amancio Costa prometió que me mataría al salir de la cárcel y ahora corría detrás de mí con algo entre las manos.