El proceso rutinario
Ismael Gómez-Calcerrada Moreno-Manzanaro · HERENCIA (C. REAL)… un hilo de consciencia. Pereza alerta sueño ring ring el deber el placer luz tenue colándose por entre los párpados. Pereza. Abro el ojo. Presiento la gélida mañana allí afuera. Llueve a mares. Es el inicio del careo matutino habitual, con el atenuante de ser viernes. Enfrentadas de nuevo mi conciencia y mi deseo, me siento un mero testigo accidental, ajeno a ese trajín de argumentos y refutaciones. Ni juez ni parte. Mis dos mitades pugnan, buscan el desistimiento de la contraria. Sigue lloviendo. El reloj avanza. La sala de vistas de mi cerebro aún con legañas. Nada más que esgrimir. Ring ring, alegaciones finales. Visto para sentencia. Alguien levanta la persiana. Entra el sol a raudales, la resolución es firme: se acuerda haber lugar a continuar con la tramitación de la vida. Comuníquese a todas las partes. Sin recurso posible procedo, en su virtud, a levantarme para trabajar.