Algo de luz y Justicia

Manuel Sánchez · Madrid 

Nunca había podido llegar a pensar que la demanda interpuesta contra una compañía eléctrica por no reconocer el derecho a una tarifa bonificada pudiera suponer una coerción de semejante grado. Más de un año llevaba esperando la vista oral. Finalmente allí me presenté, ante la sorpresa de la abogada y procurador de la eléctrica que confiaban con mi no comparecencia por olvido. Poco pude decir más que ratificarme en la demanda. La parte demandada repetía una y otra vez que no procedían los dos mil euros por daños morales, obviando las ganancias obtenidas. También desconocían mi crisis familiar ante la reacción de mi ex esposa por los números rojos de la cuenta corriente y mi cabezonería contra la penosa eléctrica. Ahora en la habitación mal iluminada de un hotel esperaba un sobre con la sentencia, para que se hiciera algo de luz en mi vida.

 

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