Tiempo

Margarita Jiménez Salas · Soria 

Prisas, la habitual algarabía matutina y la sempiterna cantinela “niños, desayunad pronto que no llegamos”. En el ascensor, al ajustarme la corbata de diseño regalo del día del padre, me invade un sentimiento de culpa:¿qué curso hace Susana?. Mirándome al espejo percibo la señal inequívoca del paso del tiempo: canas, ojeras, ese gesto……. Nunca debí solicitar la personación en este expediente, pero mi cliente fue insistente y cuento con la asistencia del testigo como un as en la bocamanga. Cuarenta minutos de retraso y comienza la vista. Inadmisión de la prueba testifical. Contención. Desconcierto. Cómo explicarle ahora que ganar es difícil. Me comprometo a llamarle. La voz de mi colega viene a socorrerme:¿comemos juntos y ultimamos el asunto Freedoom?. Obligatorio y urgente, rápido. Termino la jornada de despacho bien entrada la noche. Regreso a casa. Mis hijos duermen. Secuencias de una vida, momentos perdidos. Tempus fugit.

 

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