EL PACTO

MARIA DE GRACIA PERALTA MARTIN · MADRID 

Aún te recuerdo sentada en el banquillo de los acusados. Recuerdo como tus ojos se clavaron en los míos y me lanzaste una ráfaga de odio que me hizo entender que nuestro pacto de hermanas, colegas, abogadas y amigas se había roto para siempre. Te emborrachaste de poder y dinero y preferiste arriesgar tu carrera. Vi innumerables recibos de joyas, obras de arte… de miles de euros guardados en tu despacho. ¿Por qué te aliaste con aquella gente? Ahora estoy sola en este bonito hotel de tres estrellas brindando con gaseosa (no con moët & chandon como lo harías tú) por haber ganado el juicio que teníamos pendiente contra aquel oscuro lugar, donde tu madre estaba muriendo en vida. A pesar de todo, el móvil lo tengo encendido día y noche, por si mi colega quiere reanudar nuestro pacto.

 

 

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